El coco

En México, los estados productores de coco son: Campeche, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Tabasco, Nayarit, Sinaloa, Quintana Roo, Veracruz y tambien Yucatán. Los cocotales en el país suman 162 mil 224 hectáreas, de las cuales sólo 12.4 mil hectáreas se destinan a la producción de la fruta, que es de donde se desprende la fibra o borra, así como el polvillo de la cáscara, que ofrece jugosas oportunidades de negocio.

El cocotero es un árbol que se aprovecha en forma integral desde la raíz, tronco, hojas y frutos por ello ha sido llamado “el árbol de la vida”, y de él se comercializa una gran cantidad de productos y sub productos. Por sus propiedades nutritivas el agua de coco puede suplir a la leche de vaca, ya que es rica en proteínas y minerales como el fósforo y el hierro.

En la agricultura se usa el polvo de la estopa del coco para mejorar la retención de agua y la textura del suelo en lugares arenosos, además, los residuos de la extracción del aceite de coco sirven para preparar abonos orgánicos y la fibra como una base alternativa en el cultivo sin suelo.

La madera puede utilizarse para construir casas, puentes y muebles, la estopa, como material aislante. Con sus hojas se elaboran canastas y sombreros; con la concha se fabrican artesanías, bisutería y artículos decorativos.

Sin embargo, la producción de coco en México se está desaprovechando en 70% y el consumo de este fruto en Asia, Europa y Norteamérica ha tomado auge por sus propiedades nutritivas y cualidades comerciales, según señaló Mauricio Barreto, Presidente del Consejo Nacional del Cocotero para el periódico Excélsior hace unos días.

Para los mexicanos el coco es también un monstruo, a los niños se les pide dormir con una canción que les explica, que de no cerrar sus ojitos y soñar, “viene el coco y te comerá”.